A partir de la pandemia por COVID 19 el acceso a las redes sociales como Instagram, Youtube, Facebook, TikTok y Twitch, se incrementó exponencialmente al grado que 9 de cada 10 adolescentes es usuario activo, mientras que 5 de cada 10 son niños o niñas, según datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el uso de internet y plataformas digitales se ha convertido en el día a día, es inevitable y se hace obligatorio conocerlas para poder identificar riesgos, limitarlos o prevenirlos, tal es el caso de la violencia digital.
Quizás alguna vez escuchamos o leímos sobre la “Ley Olimpia”, esta Ley o mejor dicho serie de reformas en materia penal, tanto a nivel estatal como federal, que fue encaminada a proteger a las mujeres del ciberacoso, definiendo a la violencia digital como la publicación en redes sin consentimiento de imágenes de contenido sexual. Hoy debemos tomar conciencia de que la violencia digital incluye también, otros actos que atentan contra la integridad y dignidad de las personas, en especial de las menores de edad.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la violencia digital además del contenido nocivo o explotación sexual, incluye: imágenes de violencia física; retos virales; mensajes de misoginia; xenofobia; rumores, burlas o amenazas; divulgación de información personal y familiar, con el fin de provocar un daño físico o mental, incluso el propósito de inducir al suicidio. ONU Mujeres en México, en su último reporte 2023, señaló que al menos el 85 por ciento de las mujeres han presenciado violencia digital en contra de otras mujeres, en especial: difamación, ciberacoso y discurso de odio; asimismo señaló que el 47 por ciento dijeron haber vivido su primera experiencia de acoso en redes sociales entre los 14 y 16 años de edad.
Esta es una pequeña muestra que nos pone en contexto para dimensionar el espacio de vulnerabilidad al que están sujetas las niñas y que su protección no solo requiere de la existencia y reconocimiento legal de cada una de las formas en que se ejerce la violencia, se necesita un compromiso real, en el ámbito familiar, social y educativo que nos permita conectarnos, como adultos, con el avance digital, comprenderlo para poder generar recursos personales que puedan brindar herramientas de protección y seguridad a las niñas. No se trata de alejarlas de la tecnología, se requiere generar espacios seguros y medios de defensa efectivos, personales y judiciales que logren un sano desarrollo digital.
Dos de los mecanismos con los que contamos para hacer frente es la denuncia, si hay una situación de emergencia llama al 911, digitalmente si hay imágenes no consentidas en la red, Google ofrece la posibilidad de retirar estas imágenes en el motor de búsqueda puedes consultar esta información aquí https://support.google.com/websearch/answer/6302812?hl=es&ref_topic=9173608 .
Nos toca no normalizar la violencia digital. Es por nuestras mujeres, niñas y niños.
X: @SandyRamn